La generación Z
La generación Z, constituida por aquellos que nacieron
entre finales de la década de los 90 y comienzos de la del 2000, están
decididos a construirse un mundo distinto al de sus mayores, alejado de
los códigos sociales actuales.

Leen poco, no practican deportes y no los
desvela educarse y conseguir un trabajo para ganarse la vida. En cambio,
como ninguna otra generación, la de estos ‘mutantes’ (así se refieren a
ellos algunos investigadores por su fusión con el mundo digital) está
preparada para absorber las nuevas tecnologías.
Cuando nacieron había internet. Crecieron y
crecen con los videojuegos y los celulares.
¿Es diferente el cerebro de los niños nacidos en la era digital?
El cerebro es el mismo, pero los circuitos
utilizados cambian. Frente a las pantallas y en la vida en general, los
nativos digitales tienen una especie de tren de alta velocidad cerebral
que va del ojo al pulgar. Utilizan sobre todo una zona del cerebro, el
córtex prefrontal, para mejorar esa rapidez de decisión y de adaptación
multitarea.
¿Cómo puede traducirse esto en la vida de los niños?
Es un proceso de adaptación notable, de toma
de distancia que permite resistir a las respuestas impulsivas. Pero la
maduración de este proceso es lenta en el curso del desarrollo del niño y
del adolescente. Es por eso que hay que educarlo y entrenarlo
intensamente en el colegio.
¿Y puede tener una utilidad social este mecanismo cerebral?
Permite, por ejemplo, evitar decisiones
absurdas, a veces de manera colectiva, en una empresa. Permite también
resistir, en nuestras democracias, a las creencias erróneas: las teorías
del complot, por ejemplo, o a estereotipos muy anclados.
Navegan a
través de dispositivos electrónicos durante horas. Pagan mucho dinero
por un teléfono inteligente, pero obtienen música, videos, películas y
contenidos gratis en la web. Adoptan modas que se propagan por ella, su
vocabulario está lleno de acrónimos y anglicismos y sus ídolos son
estrellas de la red.
Más de la mitad de los ‘Z‘ consideran que la vida social transcurre en las redes, donde el 84 % tiene cuentas, según una encuesta de la agencia JWT, de EE. UU. Para ellos es más fácil chatear que hablar.
Fanáticos del
“autoaprendizaje permanente” echan mano de los tutoriales de Youtube;
han visto caducar tecnologías, como los radios, CD y DVD y todo lo
obtienen de la red. Su atención es breve; no leen, escanean.
Entre el 50 y
el 72 % de ellos quieren crear su propio emprendimiento. La palabra
‘empresa’ evoca nociones negativas como ‘complicada’, ‘despiadada’, ‘una
jungla’. Confían en su ‘red’ de contactos para triunfar, antes que en
los diplomas y no son amigos de las jerarquías. Al 76 por ciento le
gustaría convertir su ‘hobby’ en su trabajo.
Pilar Agudo Amores 1ºE
Comentarios
Publicar un comentario