¿Esfuerzo o elitismo?


“Fomentar los valores de la cultura del mérito, el desarrollo de las capacidades de los alumnos y el esfuerzo”. Este es el objetivo que ha planteado el consejero de Educación, Cultura y Deporte de la JCCM, Marcial Marín, con la implantación del Bachillerato de Excelencia. Es sabido por todos que nuestro centro, junto con otros varios de la región, ha sido el primero en acoger este nuevo proyecto piloto. La creación de esta nueva modalidad se enmarca dentro del Plan para el Fomento del Éxito Escolar en Castilla-La Mancha, uno de los grandes ejes de la política educativa del Gobierno de Cospedal.

Marcial Marín. Fuente: www.radioazul.es

Esta modalidad incluye un horario lectivo ampliado en 5 clases semanales, las cuales tienen como propósito fundamental, profundizar en los contenidos y hacer otro tipo de actividades como prácticas de laboratorio. Además, prepara para el nivel B2 de inglés; nivel que podrá certificarse aprobando los exámenes de la Universidad de Cambridge, pruebas que serán acogidas por el propio centro. Conviene destacar que se ha hecho un esfuerzo para que sean los profesores más experimentados y preparados los encargados de impartir las clases a los alumnos “excelentes”. Estos también realizarán un trabajo de investigación para fin de curso y dispondrán de 30 horas de experiencia con empresas. El requisito para poder acceder es tener una nota media mínima de 7 en 4º de la ESO.

Importado de la Comunidad de Madrid, donde esta modalidad tuvo su primera experiencia en el IES San Mateo, el modelo de nuestro centro aun así presenta alguna que otra diferencia. Destaca entre ellas, el hecho de que cursar el Bachillerato de Excelencia en Madrid requiere un alto nivel de exigencia, mientras que cursarlo en Criptana no requiere mucho más esfuerzo o, al menos, así es como se ha vendido. De hecho, los exámenes son iguales para todos.

Fuente: www.madrid.org
Esperanza Aguirre, expresidenta de la Comunidad de Madrid, acompañada por la consejera de Educación, Cultura y Deporte de dicha comunidad, Lucía Figar.

Es por esto último por donde empiezan mis discrepancias con esta nueva modalidad. Considero que este bachillerato, el cual proporciona las facilidades antes mencionadas a los alumnos que menos las necesitan, como mínimo debería exigir más esfuerzo como contraprestación. En todo caso debería imitar al Bachillerato Internacional de Alcázar, el cual tiene unas características similares a las del Bachillerato de Excelencia pero es mucho más exigente. Un argumento común contra posturas como la mía es que si en esta nueva modalidad hubiese que trabajar mucho más, muy pocos optarían por cursarla (como está pasando con el BI). Entonces, ¿es necesaria una medida como ésta? ¿No estaremos forzando la segregación? ¿Esfuerzo o elitismo?

Con respecto a la segregación, el separar a listos y a “menos listos” me parece una medida poco recomendada. Pienso que ésta se ha hecho atendiendo sobre todo a prejuicios, los cuales imperan en nuestra sociedad. El hecho de que el fracaso escolar sea alto hace que pensemos que una buena parte de los estudiantes, desde que son muy pequeños, nunca llegarán a estudiar. Desde la OCDE, basándose en el Informe PISA, advierten que los mejores sistemas educativos son aquellos que consideran que “todos los niños pueden tener éxito en el colegio”.

Creo firmemente que el principal problema de la educación en España es el alto índice de fracaso escolar, y la “cultura de la excelencia” no va a mejorarlo. Pero, ¿cómo reducir el fracaso escolar?
Me siento bastante identificado con la opinión de José Antonio Martínez, presidente de la Asociación de Directores de Institutos (FEDADI), el cual “advierte que la calidad no se soluciona ya en bachillerato, sino que tiene que ser antes, sobre todo en primaria; y que son las universidades las que deben encargarse de formar las élites, no los bachilleres.”

Que esté en contra de la segregación no significa que piense que no se debe intentar que todos los alumnos desarrollen al máximo sus capacidades. A mi juicio, esto es exactamente lo que hay que motivar. Para ello es muy importante proporcionar más atención individualizada. El docente debe aprender a no limitarse a los contenidos obligatorios y acercar material extra a los alumnos para que los interesados puedan profundizar. Es fundamental fomentar la curiosidad y la iniciativa personal para aprender. Resumiendo un poco, creo que un alumno puede desarrollar todo su potencial aun conviviendo con personas con menos capacidades, que se esfuerzan menos o que directamente no se adaptan al sistema educativo debido a su personalidad.

  Fuente: http://mundodelinstalador.tumblr.com/post/25351096468/cita-de-la-semana-todos-somos-genios-pero-si

Otro problema de la segregación es que puede excluir genios: “Pío Baroja, por ejemplo, confiesa en Juventud, egolatría: "Como estudiante, yo he sido siempre medianillo, más bien tirando a malo que a otra cosa. No tenía gran afición a estudiar, verdad que no comprendía bien lo que estudiaba".”
Para terminar, adjunto a continuación la dirección web de mi blog, Escuela Nueva, donde podéis profundizar sobre temas que afectan a la educación:
 ¡Espero vuestra opinión!

SALVA FUENTES LUCAS-TORRES
1º BACHILLERATO B

FUENTES:

Comentarios

  1. Unos enlaces para reflexionar:

    http://arqueologiaenmijardin.blogspot.com.es/2012/03/las-malas-notas-de-algunos-de-los.html

    http://www.lavanguardia.com/estilos-de-vida/20130208/54366495051/index.html

    En mi opinión, la escuela debería ser un lugar donde cada alumno recibiese lo que necesita para desarrollar su personalidad y sus aptitudes de manera integral. Esta idea se resume en la frase que hemos estudiado hace poco "de cada cual según sus capacidades, a cada cual según sus necesidades".

    También pienso que es muy fácil obtener buenos resultados con buenos alumnos. Lo difícil es hacerlo con alumnos desmotivados, ruidosos, conflictivos, con problemas de aprendizaje, con ambientes familiares poco favorables... Ése sí es un gran reto.

    No me extiendo más. Recomiendo a todos que leáis el artículo de Clara Sánchez (último enlace incluido por Salva). Saludos.

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  2. Interesante tu reflexión Salva. Eso sí, te puedo asegurar que tus compañeros del bachillerato de excelencia "sudan la camiseta". Es importante tener claro que el esfuerzo no debería medirse con pruebas y exámenes, pues el verdadero esfuerzo lo realizáis cada mañana en clase y ellos deben dedicar cada semana 5 horas adicionales. Es pronto para evaluar si este tipo de estudios suponen una mejora en la preparación académica de los alumnos. Habrá que esperar un par de años y que la realidad nos muestre su éxito o su fracaso. Ojalá sean resultados positivos que respalden la apuesta de nuestro centro educativo por esta vía de bachillerato. Así lo deseo, pues soy consciente de que nuestro equipo directivo está luchando por dar lo mejor para nuestro centro y para nuestros alumnos.
    Es por ello que quiero también ofrecer mi apoyo a los alumnos que han optado por el bachillerato de excelencia, los cuales son el claro reflejo de que están realizando un sobre-esfuerzo. Si hablas con ellos, que seguro que lo haces muy frecuentemente, seguro que te lo corroboran. Y por supuesto al equipo directivo y de docentes implicados en este proyecto, que están dedicando también un sobre-esfuerzo para que el proyecto que se inicia este año suponga una mejora en la cualificación de nuestros alumnos de cara a la siguiente etapa educativa: la universidad.
    Y para terminar, que quede claro, que os quiero (y mucho) a todos, aunque si tengo que escoger me quedo con mis canijos de 1º ESO, que como dice Paqui, estos si son un gran reto :-)

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  3. ¡Gracias a los dos por aportar vuestro punto de vista!

    Con respecto a tu comentario, Antonio, tengo que decir que no he puesto en duda el sobre-esfuerzo que están haciendo tanto los alumnos de excelencia, como el equipo directivo o los profesores implicados.

    Como bien has dicho, dichos alumnos frecuentemente me recuerdan el sobre-esfuerzo que tienen que hacer; yo no lo pongo en duda y lo valoro. El problema está en que eso no fue lo que se vendió ni lo que se vende. De hecho, la página web del centro informa de que el Bachillerato de Excelencia “no es un Bachillerato que por ser de excelencia vaya a tornarse en exigente, difícil y penalizador con el alumno o sus calificaciones”, y además afirma que “no será pues un Bachillerato en el que se exigirá al alumno de manera estraordinaria, ni en el que haya que estudiar más para sacar la misma nota, sino que los criterios y procedimientos de evaluación serán los mismo que para el resto de grupos”. Es por eso por lo que además, según tengo entendido, una parte de los alumnos de 1º E no está contenta con el cambio de planes.

    https://sites.google.com/site/bachilleratoexcelencia/funcionamiento

    No sé si el esfuerzo no debería medirse con pruebas y exámenes, pero sí que considero que 5 horas adicionales de clase a la semana en las que aprendes cosas de las que luego no te vas a tener que examinar o en las que te ayudan a comprender mejor los contenidos obligatorios, no me parecen un sobre-esfuerzo, sino un privilegio. Además, en las horas adicionales, el alumno, en algunos casos, tiene prácticamente un profesor para él solo. Imagina si esas horas se invirtieran en gente que de verdad las necesita. Estoy totalmente de acuerdo con lo que dice Paqui: “es muy fácil obtener buenos resultados con buenos alumnos”; es evidente.

    Con respecto al tuyo, Paqui, los artículos son muy interesantes y el de La Vanguardia es bastante completo (espero que Einstein no estuviera en lo cierto).

    La meta que propones para la escuela es bastante ambiciosa pero creo que es correcto virar en esa dirección, sobre todo a edades tempranas.

    ¡Gracias otra vez!

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